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Más de un año de búsqueda y con un listado de cuestionamientos en torno a la desaparición de Fernanda Maciel, este lunes 24 de junio finalmente se logró dar con los restos de la joven.

Su caso, a nivel de despliegue comunicacional, refleja esta cacería desalmada de los medios de comunicación de masa, sobretodo aquellos programas franjeados como los matinales que durante meses hablaron y especularon en torno a la desaparición de la joven embarazada.

Los espacio de comunicación social no son los canales para tratar de hacer justicia, están para informar, para interpelar el trabajo de la fiscalía y aquellos organismos que han desprotegido los derechos de las mujeres a vivir en paz.

No es la primera vez que la fiscalía muestra su falta de rigor al momento de iniciar las pericias de investigación. No es primera vez que encuentran a una víctima en el mismo lugar dónde fue vista por última vez, recordando el caso de la contadora de Puerto Varas Viviana Haeger y dónde su principal sospechoso era su esposo, el cual fue finalmente sobreseído. Además del crimen de lesbo odio contra Nicole Saavedra en la Quinta Región, donde recién después de tres días de hecha la denuncia comenzaron las pericias para dar con su paradero, siete días más tarde fue encontrada sin vida a metros del paradero donde estuvo por última vez.

Hacemos un llamado a denunciar y no dejar pasar este tipo de comportamientos tan arraigados en los medios de comunicación social, el cambio lo hacemos entre todes.

Los matinales y su falta de ética normalizan la violencia, llegando incluso a sacar conclusiones poco trabajadas de “por qué las víctimas son asesinadas”.

La violencia es un problema estructural que viene de la mano de la normalización de ciertas conductas machistas. El sentido de pertenencia sobre el cuerpo de las mujeres o las diversidades sexuales.

Desde esa posición de privilegio de los matinales, tanto sus panelistas como los editores y productores periodísticos comienzan a farandulizar un caso que es parte de un problema que hoy como sociedad y por medios de los movimientos feministas se intenta visibilizar. No puede ser posible que casi en cadena nacional, los distintos programas matutinos llevarán a cabos sus propias hipótesis, hablando incluso que Fernanda había huído de su casa con un taxista, que estaba involucrada a bandas de narcotraficantes, marginándola por no tener el estatu de privilegios de aquellos que se sientan a hablar sin fundamentos en esos espacios.

Esta farandulización es tal que incluso se llevaron videntes para tomar contacto con las energías de Fernanda. Se transformó en un show y que queda demostrado cuando otros medios de comunicación digital titulan notas en sus sitios con lo bien que le fue a TVN en la emisión del programa de este martes en cuanto a la cobertura del minuto a minuto.

La locura por el rating, la precarización de la vida y de dichos espacios de difusión no le han tomado el peso a la violencia que los sectores más desprotegidos de la población enfrentan día a día y donde la normalización de la violencia machista aún no se cuestiona.